En la RB Selva el Ocote (México) se han implementado estrategias antidepredatorias para mejorar la convivencia entre el jaguar y las comunidades ganaderas locales © Unesco / MaB
En la RB Selva el Ocote (México) se han implementado estrategias antidepredatorias para mejorar la convivencia entre el jaguar y las comunidades ganaderas locales © Unesco / MaB
Sergio Guevara Sada
El aprovechamiento sostenible de la diversidad biológica y cultural de los paisajes, aplicando conceptos y metodologías innovadoras para lograr un desarrollo económico balanceado desde el punto de vista social cultural y ambiental que vertebra el programa MaB encuentra su expresión en las Reservas de la Biosfera.
Este concepto y modelo territorial propuesto por científicos internacionales convocados por la Unesco, capaz de garantizar la conservación de la diversidad biológica y cultural y de demostrar que población depende de la diversidad ambiental y ésta, a su vez, de su relación histórica con la diversidad cultural, pronto llamó la atención internacional. Una nueva opción para dar nuevas perspectivas a los espacios naturales protegidos que derivó, en poco tiempo, a la creación de numerosas reservas de biosfera en todo el mundo.
La dimensión de la red hizo necesario, para cumplir con los fines de coordinación e intercambio entre las reservas de biosfera, que se reagruparan geográfica y culturalmente en redes regionales.
La Red de Comités Nacionales MaB y Reservas de Biosfera de Iberoamérica y el Caribe es una de las nueve redes regionales parte de la Red Mundial. IberoMaB contiene las reservas de biosfera de América Latina, el Caribe, España y Portugal; desde el Cabo de Hornos en el extremo sur del continente americano, hasta 32° de latitud, en la frontera norte de México y toda la Península Ibérica: dos continentes, América y Europa.
Ambas regiones, europea y americana, se destacan en el mundo por su diversidad biológica y por una larga historia de cultura y civilización. El contacto entre ambas se inició en los últimos años del siglo XV, cuando empezaron las exploraciones europeas que acercaron el mundo mediterráneo al mundo americano. Fue un encuentro de dos naturalezas y de dos formas distintas de percibirlas y manejarlas, que intercambiaron conocimientos y saberes, así como plantas y animales silvestres y domesticados. El resultado fue el mestizaje de las técnicas para el uso del ambiente, del concepto de los recursos naturales y del manejo del paisaje. Así se formó la región iberoamericana.
Hoy, Iberoamérica y el Caribe son reconocidos por sus grandes acervos de biodiversidad de especies silvestres y domesticadas y por la diversidad de los paisajes y de territorios que hay en sus extensos litorales e islas, en sus cordilleras y altas montañas y altiplanos; así como por la diversidad cultural de sus pueblos originales, mestizos y migrantes, diversidad única comparada con otras regiones del planeta.
La historia de IberoMaB se inició durante el IV Congreso Nacional de Parques Nacionales y Áreas Protegidas realizado en Venezuela en febrero de 1992, cuando se llevó a cabo la 1ª Reunión de la Red IberoMaB convocada conjuntamente por la UNESCO y por los Comités Nacionales MaB de Argentina, Brasil y España. Los comités MaB y representantes de reservas de biosfera de los países latinoamericanos debatieron la propuesta de establecer una Red Iberoamericana y Caribeña de Reservas de Biosfera que permitiera a los comités nacionales del MaB de la región compartir sus experiencias y actividades. La iniciativa fue aceptada por Argentina, Brasil, Costa Rica, Cuba, España, México y Perú, con los objetivos de:
‒ Desarrollar métodos de evaluación del Programa MaB en las reservas de biosfera.
‒ Organizar reuniones bianuales de los comités MaB nacionales.
‒ Establecerlas vías de información para la difusión del conocimiento del Programa MaB y de las reservas de biosfera.
‒ Mejorar la capacitación técnica del personal vinculado a la Red
El crecimiento de la cantidad de reservas de biosfera, de su extensión y del número de países participantes de América Latina, el Caribe, España y Portugal, desde 1976 (45 años), y desde que se formó la red IberoMaB en 1992 (30 años) ha sido constante, pero no continuo. La mayor parte de esas variaciones se pueden relacionar con la celebración de los congresos mundiales de reservas de la biosfera en 1983, 1995, 2008 y 2016. (figura 1)
Destacan los aumentos del número ocurridos en relación con el 2º Congreso en Sevilla en 1995 —Marco Estatutario de la Red Mundial y la Estrategia de Sevilla—, con el 3er Congreso en Madrid en 2008 —Plan de Acción de Madrid—, con el 1er Congreso Iberoamericano de Reservas de Biosfera en México en 2010 —Plan de Acción de IberoMaB— y con el 4º Congreso Mundial en Lima en 2016 —Plan de Acción de Lima—.
Es de señalar que la Red IberoMaB fue capaz de organizar el 1er Congreso Iberoamericano de Reservas de Biosfera en México en 2010, en el cual 102 asistentes de 21 países aprobaron el primer Plan de Acción de IberoMaB.
Figura 1. Número de reservas de biosfera creadas por año entre 1976 y 2020, en América Latina, el Caribe, España y Portugal (1976 -1991) y después de la formación de la Red IberoMaB (1992 -2020). Celebración de los congresos mundiales y regionales. 1) 1er Congreso Mundial de Reservas de Biosfera, Minsk, Bielorusia 1983. 2) 2º Congreso Mundial de Reservas de Biosfera, Sevilla, España 1995. 3) 3er Congreso Mundial de Reservas de Biosfera, Madrid, España 2008. 4) 1er Congreso Iberoamericano de Reservas de Biosfera, Puerto Morelos, México 2010. 5) 4º Congreso Mundial de Reservas de Biosfera, Lima Perú 2016. La acumulación de reservas es constante, pero no regular, se pueden distinguir dos períodos extraordinarios; cuando se crean las reservas entre 1977 y 1983 y como consecuencia de la aprobación del Estatuto de la Red Mundial y la Estrategia de Sevilla en 1995, entre 2000 y 2007. 3 Figura 1. Número de reservas de biosfera creadas por año entre 1976 y 2020, en América Latina, el Caribe, España y Portugal (1976 -1991) y después de la formación de la Red IberoMaB (1992 -2020). Celebración de los congresos mundiales y regionales. 1) 1er Congreso Mundial de Reservas de Biosfera, Minsk, Bielorus
Actualmente, la Red IberoMaB está integrada por los comités nacionales y puntos focales de 24 países y por 197 reservas de biosfera; 132 en América Latina y el Caribe, 53 en España y 12 en Portugal (una reserva intercontinental y seis reservas transfronterizas), con una extensión total aproximada de 288 millones de hectáreas, que incluyen gran parte de los ecosistemas, paisajes y comunidades humanas más críticos y vulnerables. La Red equivale al 27 % del total de las reservas de la Red Mundial y a 18 % del total de países participantes (figura2).
IberoMaB, desde su creación en 1992, ha contribuido activamente en el Programa MaB y en la Red Mundial ha participado en tres congresos mundiales y uno regional —1995, 2008, 2016 y 2010 respectivamente— y en el diseño y aplicación de los planes de acción correspondientes. Algunos de sus miembros han ocupado posiciones destacadas en los órganos de dirección del Programa MaB.
Estas actividades son el resultado del trabajo conjunto de los comités nacionales, puntos focales y reservas de biosfera, que se han reunido en veintidós ocasiones durante veintiséis años y de la preparación y adiestramiento del personal técnico de las reservas a través de la realización de talleres y seminarios de actualización, instrucción e intercambio de experiencias de diversos temas. Hasta ahora se han celebrado treintaidós seminarios y talleres con la asistencia de más de mil personas
Las publicaciones relacionadas con la Red son numerosas. Entre todas destacan las ediciones de la Información Básica de Reservas de Biosfera Iberoamericanas, la más reciente aparecida en 2020, que han sido elaboradas por el Organismo Autónomo Parques Nacionales del Ministerio para la Transición Ecológica de España, que muestran el monto del capital natural y cultural que protegen las reservas, su distribución, sus características geográficas y ecológicas, su extensión y los ecosistemas que preservan, entre otros.
El apoyo para llevar a cabo las reuniones de los comités, para la realización y presencia en los talleres y seminarios, para la asistencia a los congresos y para hacer las publicaciones provino en su mayor parte del Organismo Autónomo Parques. Su generosidad y entusiasmo han sido determinantes para la existencia de la Red IberoMaB.
Figura 2. Distribución de las reservas de biosfera de Iberoamérica y el Caribe, indicando la década en que fueron designadas
La Reserva de Biosfera es un modelo de ordenamiento territorial, ambiental, social y económico que se apoya en la participación de los actores y los sectores involucrados en la planeación del desarrollo fundamentado en los procesos culturales y ecológicos que soportan la diversidad de los ecosistemas y los paisajes y en la disponibilidad de los recursos naturales que requieren las actividades productivas sostenibles de la población (Guevara, 2018).
Cuando se creó este modelo en la década de 1970, su reto principal era detener la pérdida de la diversidad ocasionada por la destrucción del hábitat de las especies, por el menoscabo de los usos tradicionales debido al uso tecnificado del suelo y a la excesiva extracción de los recursos naturales. En ese momento, los cambios globales (climático y ecológico), no fueron explícitamente incluidos en su diseño, aunque ahora se acuda a este modelo para proponer medidas de adaptación y mitigación.
Por indicación del Programa MaB, las reservas de biosfera tuvieron el apoyo de la investigación científica a cargo de instituciones académicas y grupos de investigación nacionales e internacionales. Esta asociación —que se ha mantenido hasta la fecha— ha resultado en aportaciones sustantivas a la biología de la conservación, al fortalecimiento de las colecciones de plantas y animales y a la regeneración y restauración de ecosistemas, entre otros. Prueba de ello, es el gran número de publicaciones científicas que tuvieron su origen en el seno de las reservas y que contribuyeron de manera sustantiva al avance del conocimiento de la diversidad biológica y cultural (Guevara, 2020).
La reserva de biosfera consiste de tres zonas: núcleo, amortiguamiento-tampón y transición y cada una tiene una finalidad definida. Desde el principio la zona más claramente definida fue la zona núcleo, donde se encuentra la mayor diversidad biológica de la reserva. La zona de amortiguamiento-tampón tiene la mayor diversidad cultural y usos tradicionales de pueblos originarios o campesinos; y la zona de transición es la porción de la reserva donde se llevan a cabo usos tradicionales y modernos, zona en la que se requiere restaurar el paisaje y recuperar las prácticas productivas sostenibles. Esta zonificación proporciona al modelo una enorme flexibilidad para adaptarse a cualquier condición que se presente en el territorio.
Cada reserva y todas en conjunto son invaluables fuentes de experiencia e información; son numerosas, abarcan muchos biomas y comparten una extensa geografía y una historia cultural antigua y rica. Además, poseen un invaluable acervo de conocimiento técnico y científico acerca de la riqueza y distribución de la biodiversidad, de los procesos ecológicos y los mecanismos que la mantienen y de la relación que guarda la sociedad y la naturaleza.
Esto confiere a las reservas el carácter de “laboratorio para el desarrollo sostenible, y de modelo de respuesta ante los cambios”; tanto los naturales, como los provocados por el uso del suelo y también por el cambio global climático y ecológico. (Recuadro 1. La máquina del tiempo)
La reserva de biosfera se diseñó como un instrumento para imaginar el futuro y explorar el pasado de la relación de la humanidad con su ambiente. La reserva permitió mirar a los atributos del paisaje como a la riqueza de especies biológicas y la distribución de sus poblaciones, así como el potencial de las especies para desplazarse a través del territorio y del tiempo. Atributos que se modifican cuantitativa y cualitativamente debido al efecto de las perturbaciones naturales o antrópicas, y que permite al paisaje aumentar su capacidad de adaptación a los cambios frecuentes y repentinos del ambiente, y mejorar cada vez más su capacidad para recuperarse de manera espontánea.
Esto es la memoria del paisaje
RB Oxapampa (Perú) © Unesco / MaB
Al igual que hay gran variedad de reservas de la biosfera, son muchas las iniciativas y proyectos de red que en ellas se desarrollan y son ejemplo de nuevas formas de hacer, de promoción de la sostenibilidad, lucha por la equidad, etc. A continuación se presenta una pequeña muestra de casos exitosos que pueden resultar inspiradores para emprender nuevas sendas de gestión en otros territorios.
El turismo rural tiene que apostar, eso sí, cada vez más, por un producto de calidad, estar atento a los cambios que se están produciendo y se producirán en la demanda, y considerar que el turista rural ya no busca tan sólo un alojamiento peculiar, sino que cada vez es más exigente en la calidad del servicio, la personalidad del establecimiento, la acogida y el trato. Será un consumidor, además, que valorará sobre todo una oferta conjunta de turismo rural, servicios complementarios y actividades en contacto con la naturaleza y el paisaje cultural, las experiencias y el disfrute de los recursos y las actividades asociados al alojamiento. Es por lo tanto crucial que las empresas desarrollen nuevas estrategias de comercialización y que además estén orientadas tanto al cliente nacional como al internacional.
‒ Potenciar la economía rural, la Marca ‘Reservas de la Biosfera Españolas‘
Entre las funciones del OAPN están las de impulsar y coordinar actividades mediante las que España contribuye al Programa MaB, en la promoción del concepto de Reserva de la Biosfera. Su principal objetivo es alcanzar un compromiso real entre: administraciones, empresas, habitantes y actores económicos y sociales del territorio para conservar el patrimonio natural y cultural, a la vez que se promueven modelos innovadores para conseguir la implantación del concepto de sostenibilidad en los procesos económicos.
Esto se consigue desde una doble vertiente. Por un lado, es preciso difundir el concepto de Reserva de la Biosfera entre el público en general y, por otro, es necesario implicar a los habitantes de las propias reservas de la biosfera. Que la población local se apropie del concepto redunda en su beneficio y en el del territorio, a través de la gestión participativa y la incorporación de la sostenibilidad en los diferentes sectores económicos y productivos. Esta actitud en la producción es cada vez más demandada por los consumidores en aras de la consecución de los retos ambientales.
En este contexto, la creación de la marca ‘Reservas de la Biosfera Españolas’ es una de las acciones con más impacto potencial sobre la economía de estos territorios. Esta marca destaca y diferencia determinados productos agroalimentarios, artesanales y servicios turísticos de las reservas de la biosfera, que contribuyan a cumplir con las funciones básicas de conservación, desarrollo y apoyo logístico de las mismas. La concesión de licencia para su uso exige determinados requerimientos, que miden el carácter sostenible del producto o servicio que se ofrece.
En junio de 2018 el OAPN entregó los primeros certificados de autorización de uso de la marca ‘Reservas de la Biosfera Españolas’ a empresas y productos de la Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo: mermeladas de Acastrexa, patatas y cebollas Daterra do País y plantas aromáticas de Orballo Innovaciones Forestales S.L.; desde entonces, la demanda de esta marca a seguido creciendo incorporando nuevas empresas y productos.
Para activar la economía de estos territorios es necesario fomentar el consumo y la demanda de estos productos. Las economías verdes y circulares pueden ser más eficaces si se basan, como es el caso de las reservas de la biosfera, en productos y servicios de calidad contrastada. Cuando los consumidores eligen productos con la marca ‘Reservas de la Biosfera Españolas’, además de adquirir productos de calidad, generar puestos de trabajo en el medio rural y luchar contra la despoblación, están contribuyendo a mantener un modelo de desarrollo territorial basado en la participación, la sostenibilidad y la conservación de la biodiversidad, de los paisajes y de las prácticas tradicionales.
‒ Promoción del consumo de proximidad
Desde 2014 se está desarrollando en Galicia el ‘Plan Alimentario de la Reserva de Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras Do Mandeo’, que ha puesto en marcha una estrategia alimentaria para estimular la producción, transformación y consumo de productos locales y su puesta en valor a través de la Marca de Calidad ‘Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas’, que ayude a desarrollar los circuitos cortos como estrategia de comercialización.
Históricamente, los municipios de esta reserva de la biosfera han sido la huerta de la ciudad de A Coruña y núcleos próximos. La calidad de los suelos, su clima templado y su posición estratégica han condicionado la orientación del agro hacia unas producciones características y de calidad. No obstante, desde hace años hay un proceso de abandono de las actividades agrarias que, entre otras consecuencias, lleva al abandono de tierras y a una demanda creciente de productos agroalimentarios que no puede cubrirse desde el propio territorio. A ello se añaden las dificultades de comercialización de los productos por la competencia del mercado.
La creación de una ‘Bolsa de Tierras de la Reserva de Biosfera’ ha facilitado el contacto entre propietarios y emprendedores y se han creado también dos ‘Viveros para el emprendimiento agrario’, dirigidos a personas que se inician en esta actividad y a las que desde esta reserva se presta acompañamiento y asesoramiento técnico.
En todo este proceso se considera esencial la visibilidad otorgada por la marca ‘Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo’ como distintivo que reconoce a los productores agroalimentarios del territorio que ofrecen valores acordes con el espacio. Actualmente hay 24 explotaciones adheridas a esta marca, algunas de las cuales ya han solicitado la marca nacional.
Productos agroalimentarios acogidos a las marcas “Reserva de la Biosfera Mariñas Coruñesas e Terras do Mandeo” (Galicia) y “Reservas de la Biosfera Españolas” © F.J. Cantos. Secretaría del Comité MaB Español
‒ En busca de la igualdad de género
’Les dones del Montseny aprenem juntes’ (Las mujeres del Montseny aprendemos juntas) es un ilusionante proyecto desarrollado por la Reserva de la Biosfera del Montseny. En aplicación de su ‘Plan de Igualdad de Género y Desarrollo Rural Sostenible’ han diseñado talleres de empoderamiento dirigidos a mujeres que se plantean, como un proceso de aprendizaje, técnicas de transformación artesanal de la lana y otros productos naturales, tradicionales y de proximidad (cremas y ungüentos, tintes naturales, jabones, creaciones cerámicas, técnicas culinarias, entre otros), de la mano de artesanas de la zona que, mediante dinámicas de grupo favorecen la construcción de redes de relación y apoyo mutuo.
El proyecto se inició en 2018 y cuenta ya con dos ediciones, que han permitido la participación de 113 mujeres de 24 municipios. Los talleres han evidenciado la necesidad de disponer de espacios de encuentro y ambientes de confianza donde fortalecer vínculos y empatías, especialmente en un territorio geográficamente complicado como es el Montseny. Se ha acompañado a las mujeres a reconocer y valorar las propias capacidades y la importancia y la fuerza del grupo.
‒ Formar a los jóvenes en el desarrollo sostenible
‘EducaRBALE’ Es un proyecto educativo de la Reserva de la Biosfera de los Ancares Leoneses (RBALE) que, mediante una sencilla unidad didáctica difunde la filosofía de trabajo de las reservas de la biosfera, además de acercar a los alumnos al descubrimiento del patrimonio natural y cultural de su propio territorio que antes desconocían.
En las ediciones 2018 y 2019 el proyecto se realizó con estudiantes de primaria y secundaria, con un concurso de dibujo. En 2020 el proyecto tuvo que ser aplazado por la pandemia pero, en 2021, se han diseñado un vídeo y un cuestionario en línea que se acompañan de un folleto informativo y material de la RBALE. Este año, gracias a la donación de árboles autóctonos de Ciuden Vivero, los ganadores podrán realizar una plantación con sus maestros.
La formación también se extiende a otros colectivos como sucede en la, también leonesa, Reserva de la Biosfera de Omaña y Luna, que inició en 2018 una experiencia de ciencia ciudadana de seguimiento de lepidópteros, involucrando a personas de un territorio muy despoblado y que ha incrementado la implicación de la sociedad civil en el día a día de esta Reserva de la Biosfera.
‒ Tras el cumplimiento de los ODS de la Agenda 2030
La ‘Estrategia Menorca 2030’ es una Hoja de Ruta para Descarbonizar el Sistema Energético de la Isla desde la situación, en 2019, hasta alcanzar un modelo basado en renovables. El documento cuenta con el consenso de toda la sociedad menorquina y recibe el apoyo de instituciones locales, regionales, estatales y europeas. La implantación de esta Estrategia es transversal e incumbe a todos los sectores sociales, económicos y políticos de la isla con medidas para implantar renovables, reducir el consumo energético y aumentar la eficiencia en varios sectores (residencial, servicios, industrial, movilidad, administración pública y sector primario).
Su objetivo global es reducir para 2030, en un 50%, las emisiones de CO2 con respecto a 1990; para ello pretende ser un plan integral de descarbonización que moviliza financiación, apoyo técnico, cambios normativos y constituye una guía para la toma de decisiones en los sectores público y privado. Establece un calendario con tres grandes hitos: en 2020 planea cubrir el 20 % de la demanda eléctrica con renovables, en 2025 el 35 % y, para 2030, realizar el gran salto hasta el 85 % de cobertura de la demanda eléctrica procedente de renovables.
La ‘Estrategia Menorca 2030’ se inscribe en el conjunto de acciones para la descarbonización que se están realizando a nivel nacional y europeo para mitigar los efectos del cambio climático y promover la transición energética en islas de la Unión Europea. Menorca se convirtió en 2019 en la primera isla europea en contar con una estrategia aprobada para acometer la transición energética, si bien otras reservas de la biosfera españolas, como la isla de El Hierro, trabajan hace años con este objetivo.
‒ Investigar para prevenir el despoblamiento
El despoblamiento del medio rural, por sus importantes implicaciones, define uno de los primitivos del Programa MaB en España para “atraer y fijar población en los territorios”. Este problema afecta a más de la mitad de las reservas de la biosfera españolas. La trascendencia del problema se percibió hace tiempo como una realidad incuestionable y una clara amenaza para la conservación de la biodiversidad, el paisaje y el logro de los objetivos de bienestar social, convirtiéndose en uno de los principales ejes de estudio de la Red.
Los estudios realizados en la RERB dirigidos en 2020 por el miembro del Consejo Científico del Comité Español MaB, Pedro Reques, de la Universidad de Cantabria, concluyen que en las condiciones actuales el fenómeno de la despoblación rural puede mitigarse en algunas regiones, especialmente en aquellas más próximas a grandes áreas urbanas. Para ello, es preciso aumentar la resiliencia de los espacios tanto a nivel territorial, como socio-demográfico y económico.
Entre las respuestas identificadas cabe destacar el fomento de la conciencia y participación de los agentes sociales, en colaboración con el Estado y las Comunidades Autónomas, en la definición de modelos de ordenación y gestión del territorio. Esto precisa de la alineación de distintas esferas del desarrollo territorial: la esfera académico-científica, la técnica, la política y la de los agentes sociales y económicos, pensando siempre globalmente, y actuando localmente. Los procesos participativos han demostrado su potencial en muchas reservas y siguen mostrándose en la actual proliferación de proyectos liderados por diferentes colectivos entre los que recientemente destacan nuevas movilizaciones por parte de jóvenes o de mujeres, entre otros.
Mujeres participando en un taller de igualdad en la RB del Montseny (Cataluña) © Laia Aguilá. Programa de descarbonización del sistema energético de Menorca (Baleares) © Carles Mascaró. RB Menorca
La Red Española de Reservas de la Biosfera, con sus 53 espacios repartidos por todo el territorio nacional, es la imagen visible de una decidida apuesta por la sostenibilidad surgida desde los territorios y que va cobrando fuerza año tras año. Son varios los retos que las reservas de la biosfera afrontan en estos tiempos y, aunque las condiciones varían considerablemente de unas a otras, hay circunstancias comunes a muchas de ellas que constituyen un factor significativo en sus características.
El arraigo progresivo en la sociedad de la filosofía de la “sostenibilidad” que fomenta el Programa MaB requiere de acciones prolongadas, de visiones a medio y largo plazo difícilmente articulables mediante acciones puntuales. Uno de los escollos más frecuentes es la escasa disponibilidad presupuestaria, tanto para realizar actuaciones como para establecer equipos técnicos estables de gestión en las reservas de la biosfera.
La transferencia de conocimiento, en boga en los últimos tiempos, es una realidad consolidada en la RERB, que desde hace muchos años es la base de su funcionamiento. Como gran fortaleza de la RERB se configura en este sentido el Consejo de Gestores, órgano legalmente establecido que facilita el trabajo en red, da voz a la gestión en el Comité Español del MaB y fomenta el diálogo.
La transferencia de conocimiento, en boga en los últimos tiempos, es una realidad consolidada en la RERB, que desde hace muchos años es la base de su funcionamiento. Como gran fortaleza de la RERB se configura en este sentido el Consejo de Gestores, órgano legalmente establecido que facilita el trabajo en red, da voz a la gestión en el Comité Español del MaB y fomenta el diálogo.
Ciencia ciudadana en la RB de Omaña y Luna: seguimiento de lepidópteros. Chupaleches (Iphiclides feisthame lii) © P. P. Calvo
Otro punto fuerte de la RERB es la existencia del Consejo Científico, que introduce el rigor de la Academia y la investigación para la gestión de las Reservas de la Biosfera, facilitando asesoramiento y capacidad de análisis, para que la toma de decisiones se asiente sobre bases sólidas y contrastadas.
Con todo ello podemos decir, sin lugar a equivocarnos, que España es un modelo a seguir a nivel mundial en el desarrollo del Programa MaB de la UNESCO. A pesar de las dificultades y puntos a mejorar, somos líderes en número de reservas de la biosfera, tenemos un Comité MaB que representa todos los intereses del Programa y hemos integrado a las reservas de la biosfera en nuestra normativa sobre espacios protegidos. La coordinación del Programa MaB, desde el Organismo Autónomo Parques Nacionales del MITERD, garantiza el rigor y la gobernanza del Programa, así como el funcionamiento de la RERB y la participación en las redes internacionales en las que integra España.
El contexto actual de la pandemia de la Covid-19 ha puesto de manifiesto la interdependencia planetaria y lo dramática que puede ser la ruptura del vínculo con la biodiversidad. Con este 50 Aniversario del Programa MaB estamos ante una oportunidad extraordinaria para movilizar a la sociedad a sensibilizarse con los valores de un nuevo mundo más respetuoso con la naturaleza. Las reservas de la biosfera son espacios de gran valor que contribuyen en gran medida al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la Organización de Naciones Unidas en 2015 y en los que se evidencia que es necesario vivir en armonía con el planeta. Hagamos pues de la sostenibilidad un modo de vida y de la Red de Reservas de la Biosfera Españolas una valiosa herramienta para lograrlo.